Some months ago I decided to sign up for Facebook. Like in every other social network, very fast I had gathered some contacts and could start interacting online.
This is quite a thing, you know. I mean the internet is so intertwined in our lives that you sign up for an online community, and you already find people you know there, in that very same moment, willing to share some stuff.
However, some days later I forgot about Facebook. I had to. I mean, somebody even sent me a pillow fight request. So, I had to turn off email notifications, I couldn't cope with it. I mean, lately I don't even have time to write on this blog.
But I forgot that, even though I was not receiving email alerts, I was still on facebook. And today I learnt that a friend had asked me to come by my place via facebook, and so I missed it. I signed in facebook when she told me that, and I saw that I had a couple more requests to see me OFFline.
So I guess I am starting to miss things that happen on online platforms I am not used to use. I am a kind of old, email-type of guy. I am old for the internet, already.
Man. Good that I am going to a wedding tomorrow. I mean, makes me feel younger. :)
viernes, 28 de marzo de 2008
viernes, 21 de marzo de 2008
Playin' the blues
One of the pleasures of writing a blog is reading it, like I am doing now, with b.b. king playin' the blues in the background.
martes, 11 de marzo de 2008
He vuelto
Me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí. Sin escribir, prácticamente.
A los quince años, escribir era un vicio. Escribir era el generador de emociones, era la autenticidad que le faltaba a mi vida.
Las chicas de mis cuentos eran las chicas que quería conocer. Me sentaba frente a la mesa, lisa, fría, cálida. Unas hojas de papel blanco, un bolígrafo, hojas del día anterior, la carpeta del instituto, libros.
Cualquier excusa era válida para comenzar una historia, cualquier verso valía para comenzar un poema.
Mi amigo RS me mandaba cartas con sus cuentos, con sus principios de novela, y yo los leía metido en la cama como si fueran las mejores páginas de la historia de la literatura. Y me gustaban, porque eran buenas y porque yo podía escribirlas mejor.
Ahora que me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí, me pregunto qué ha cambiado desde entonces. Quién era yo, y qué soy todavía de lo que era.
Me pregunto qué sentía al escribir entonces.
La sensación es parecida, quizás, a quién comprende por vez primera la belleza de un blues.
A quién descubre un nuevo placer.
Bienaventurado quién no ha hecho el amor tras fumarse un buen porro de marihuana, porque todavía puede tener quince años.
Espero escribir más a menudo, y sentir lo que sentía entonces, o lo que ahora siento.
Escribir, al fin y al cabo, para que ustedes lo disfruten, y yo sueñe mi sueños.
A los quince años, escribir era un vicio. Escribir era el generador de emociones, era la autenticidad que le faltaba a mi vida.
Las chicas de mis cuentos eran las chicas que quería conocer. Me sentaba frente a la mesa, lisa, fría, cálida. Unas hojas de papel blanco, un bolígrafo, hojas del día anterior, la carpeta del instituto, libros.
Cualquier excusa era válida para comenzar una historia, cualquier verso valía para comenzar un poema.
Mi amigo RS me mandaba cartas con sus cuentos, con sus principios de novela, y yo los leía metido en la cama como si fueran las mejores páginas de la historia de la literatura. Y me gustaban, porque eran buenas y porque yo podía escribirlas mejor.
Ahora que me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí, me pregunto qué ha cambiado desde entonces. Quién era yo, y qué soy todavía de lo que era.
Me pregunto qué sentía al escribir entonces.
La sensación es parecida, quizás, a quién comprende por vez primera la belleza de un blues.
A quién descubre un nuevo placer.
Bienaventurado quién no ha hecho el amor tras fumarse un buen porro de marihuana, porque todavía puede tener quince años.
Espero escribir más a menudo, y sentir lo que sentía entonces, o lo que ahora siento.
Escribir, al fin y al cabo, para que ustedes lo disfruten, y yo sueñe mi sueños.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)