sábado, 29 de septiembre de 2007

de Alcobendas a Leganés

A las 8am ya estoy en la calle rumbo al Aerobus de Plaza de España. Tarda más de lo habitual, y el tráfico de la mañana se nota, pero a las 9am ya estoy en la terminal B de salidas del aeropuerto de Barcelona.

Me pido un café con leche, un zumo de naranja recién exprimido y un donut. 4 euros con sesenta que desayuno en una mesa frente a mi puerta de embarque, mientras la gente hace cola ordenadamente. Curiosa la necesidad de hacer cola de la mayoría.

En el avión duermo plácidamente, y ojeo la vanguardia. Llegamos con una hora de retraso, y me dirijo con prisa a la oficina de turismo. La chica me atiende amable, y me da tres mapas: de autobús, de metro y de cercanías de renfe. Equipado a la última con mis mapas, cojo el autobús hacia Alcobendas.

"Yo le aviso cuando lleguemos a la Avenida Bruselas", me dice el conductor. Y efectivamente, me avisa y me indica, antes de que me baje: "Cruza el puente y sigue ese caminito, que te lleva a la Avenida Bruselas". Y efectivamente, sigo el caminito, pero no llego a la avenida ni de casualidad. Tras 20 minutos andando, y varias preguntas a taxistas y yuppies puntocom, llego a mi destino.

Me bajan a buscar, nos vamos a la sala de reuniones, me traen un cafetito y hablamos. Todos estamos de acuerdo y contentos con las buenas perspectivas de futuro que se nos abren: es el principio una especie de joint venture. Me invitan a comer para sellar el acuerdo, pero debo declinar la invitación: en efecto (lo han adivinado), debo dirigirme a Leganés, más concretamente a la calle Julio Palacio, en un polígono de la ciudad.

En La Moraleja cojo el metro. Mi destino: Puerta del Sur. Mi misión: cruzar todo Madrid. Concretamente, una hora y media de recorrido en metro, durante el cuál duermo plácidamente y ojeo los presupuestos generales del estado en la vanguardia. Un señor que se sienta a mi lado lee mi periódico de reojo, y también a mí, porque supongo que le parece raro que lea la vanguardia, en madrid.

Me siento militante sospechoso de ERC. Sí, todos los madrileños del metro me observan y son del PP. El grupito de cincuentonas impecables, los estudiantes pijos y aquellos del rincón, de clase media baja. A pesar de todo, me dejan hacer transbordo en Puerta del Sur, y en 10 minutos me planto en la estación Leganés central. Son las 3:10pm. A las 4pm tengo mi segunda cita, así que pregunto a unos autobuseros dónde puedo encontrar un taxi.

"Está chungo aquí. Vete por esa calle hasta la universidad, que pasan más coches". Puedo dar fe de que tienen razón: me lleva 20 minutos encontrar un puto taxi, pero lo encuentro, subo y le doy las indicaciones. El tipo parece indignado porque le digo que el lugar está a las afueras, y parece que no es así. Supongo que le produce la misma irritación que cuando yo observo a alguien tarda demasiado en hacer las cosas con el ordenador.

También me pregunta con sorna "¿qué pasa, que te habías perdido?", y luego me dice que me pille un taxi para ir al aeropuerto. Yo le digo que no quiero, y parece indignarse de nuevo: "Pero si te lo paga la empresa... ¿o qué pasa? ¿que la empresa eres tú?". Le digo que sí para que no insista en la vía taxi al aeropuerto.

Cada vez hay menos casas, y de repente una calle que lleva a unos edificios de almacenes, y me digo que ya estamos en el polígono. El taxita me indica que ya se ve la calle Julio Palacios, y efectivamente, llegamos, y me deja en una calle llena de almacenes, pero extrañamente plácida.

Me quedan 20 minutos antes de la cita, me giro y no puedo creerme lo que veo: un bar restaurante a la antigua usanza, en un almacén reconvertido a servir alcohol, café, tabaco, televisión y comida, con su terracita cubierta.

Montado de lomo y una coca cola. Con pan de leña, "nuestra especialidad", porque "recuerde que somos panaderos". Efectivamente, son panaderos, es decir, se dedican a hacer pan, y este garito lo han montado como un anexo a la fábrica. Disfruto comiendo y observando el ritmo agradable pero a la vez frenético de las camareras, y la actuación de los clientes.

Raro es que se digan más de tres frases y no escuches un comentario cariñoso o familiar entre las camareras y los clientes. "Toma, mi amor", "¿Cómo estás, Mariano?", "La guapa te cobra ahora". Supongo que esta amabilidad, simpatía y alegría en un trabajo tan cansado es difícil en Barcelona. Y yo diría que la clave es que todas son propietarias, en mayor o menor grado, del garito.

Voy a mi cita, en otro almacén, pero esta vez repleto de libros. Fascinante, libros por todas partes, sin recepción ni nada. Entras y pam, estanterías de libros y montones de libros en cada espacio disponible (pocos). No saben decirme dónde está mi cita, así que subo unas escaleras, y entro en otro piso con más libros, y ahora sí encuentro a mi cita.

El tipo es de letras (lo que no significa necesariamente que haya estudiado letras), y por lo tanto nuestro encuentro transcurre tranquilamente, sin más sobresaltos que encontrar un enchufe para el portátil y conectarlo a internet, como una agradable conversación.

Tras dos horitas, me llaman un taxi, y me despido. "Buenas tardes, a la estación de Leganés, por favor." "¿A la de tren o la de metro?". Creo recordar que son la misma, así que el tipo me ha confundido. "Bueno, ¿son la misma no?". "Oye, te llevo al aeropuerto". "No, prefiero ir en metro". "Joder con el metro, cojo la M40 y estás en el aeropuerto en 20 minutos". "¿Por cuánto?". "30 o 40 euros, pero el tiempo es dinero, oye". Le digo que no, y otro taxista que se me cabrea.

"Bueno pues te llevo a Villaverde y ahí coges el cercanías, que el metro da mucha vuelta". Sigue dándome argumentos y consiento, y el resto del trayecto vamos hablando, y es un tipo agradable. Sin embargo llego a Villaverde, y me doy cuenta que sí, que es más rápido llegar a Madrid, pero que me deja en Atocha y para ir al aeropuerto tendré que coger varios metros, y además ahora es muy pronto.

Así que me voy al Retiro: lo cruzaré en diagonal hasta la otra punta, para pillar el metro en Príncipe de Vergara.

El Retiro es una maravilla. Oasis de castaños y caminitos de tierra y césped a los lados, y también oasis de gente feliz, con sus cosas, con sus niños tan pequeños que apenas logran asomarse al lago y ver los peces y las barcas de remos.

Y bueno, luego volví a la laberíntica T4S del aeropuerto de Madrid, y unas horas más tarde comprobé que Barcelona seguía en su lugar.


El viaje de Kifruitjiro

viernes, 28 de septiembre de 2007

Caldo con fideos



Tengo un litro de caldo en la nevera. Caldito de pollo, del bueno, que ahora pongo al fuego junto a unas verduras y un puñado de fideos Gallo. ¿Sienten el olorcito?

A mí el caldo de pollo con fideos me recuerda a Kiko Veneno.

Una mancha en la sabana
caldito de tu cuerpo
tu tienes el mismo agua
que me corre por dentro.

Y Kiko Veneno me transporta a una noche de verano en el Forum, y esa noche a un apagón de luces, y la oscuridad y la brisa me recuerdan a tus ojos, y tus ojos al mar, y el mar a una casa fría, y el frío a la nevera, y la nevera al caldo. Al caldo de pollo con fideos.

Buen provecho, mis amados lectores y lectoras.

martes, 25 de septiembre de 2007

Leganés

Mañana voy a Alcobendas, y luego a Leganés. Y a cenar y dormir en Barcelona de nuevo. Veremos qué tal pinta el extra-radio de Madrid.

Por algún motivo extraño, Leganés me suena a territorio fascinante, a palabra que debo repetir sin cesar, pero supongo que tan sólo Joaquín podría entender dicha fascinación ahora mismo.

La fascinación absurda, sin sentido, el fascinar por fascinar.

Un abrazo.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Museo

A veces, tan hermoso resulta contemplar las fotos como fotografiar a quien las contempla.






La exposición, Fronteras en el CCCB y hasta el 30 de Septiembre, no se la pueden perder si viven en Barcelona.

Mi querido Windows

Me entero de que Microsoft ofrece pasarse gratuitamente de Vista a XP, y sonrío.

No puedo imaginar ningún contexto en que el fabricante de un producto lance una nueva versión del mismo, y al cabo de unos meses ofrezca volver a la versión anterior.

De verdad que lo de Microsoft es casi peor que lo de la sgae, que ahora quiere demandar a la revista Quimera.

ps por si no se habían dado cuenta, este post refleja el contenido que ofrece casi todos los días la sección tecnológica de los diarios de este pais. qué poca imaginación, de verdad, y qué poco que decir. deberían aprender de este humilde blog ;)

Literature to laugh

It's good there's still people like Simon Rich, who write to makes us laugh, to amuse us.

Check this link, if you have some time to read. And of course, you can always try this link as well.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Reflexionando la vida un domingo por la tarde

(Re-)flexión número 1

Una profesora de lengua que tuve en primaria nos dijo una vez que la historia de la literatura es como un péndulo: cada nueva etapa es una reacción a la anterior y, así, por ejemplo, el Romanticismo puede entenderse como una reacción al racionalismo de la Ilustración.

El pulso de la vida es algo parecido, tanto en el día a día como a escalas mayores. Es necesario aburrirnos durante unas horas para luego disfrutar de las horas siguientes, seguir sin rumbo por una calle oscura para encontrar de pronto la luz de una plaza con fuente. Y viceversa.

(Re-)flexión número 2

El cerebro no está preparado para divagar continuamente, para vivir del consumo y procesamiento continuo de información. Me doy cuenta tras pasarme días pegado a internet, navegando por activa y por pasiva, consumiendo.

El consumo indiscriminado de información es quizás el consumismo más peligroso.

(Re-)flexión número 3

La fotografía, junto a la literatura, es un arte que considero realizable. La fotografía tiene algo de instinto instantáneo que la acerca a la música.

(esta reflexión viene sugerida por esta magnífica foto que, sin embargo, no termino de comprender, como el poema de benítez reyes)

(Re-)flexión número 4

Esta tarde de domingo es tan tarde de domingo y tan placentera, porque mañana lunes es aquí festivo. De vez en cuando, los lunes deberían ser festivos para ayudarnos saborear los domingos.

Viajar

"Lo esencial para aprovechar un viaje es tomarlo como finalidad misma. Andar por el mundo un poco al azar es muy agradable. Viajar sin tener un objeto concreto es una auténtica maravilla. Yo siento que podría curarme de todos mis vicios y de todas mis virtudes, caso de que tenga alguna; lo que no podré dejar jamás es mi recalcitrante vagabundaje.

Hay que viajar para descubrir con los propios ojos que el mundo es muy pequeño, y por tanto, que es absolutamente necesario hacer un esfuerzo para dignificar la visión hasta llegar a ver las cosas en grande. Hay que viajar para darse cuenta de que una pasión, una idea, un hombre, sólo son importantes si resisten una proyección a través del tiempo y del espacio. No hay nada como alejarse un poco para curarse de la psicosis de la proximidad, de la deformación de la proximidad, de la que todos estamos atacados. Hay que viajar para aprender -a pesar de todo- a conservar, a perfeccionar, a tolerar".

Josep Pla. Viaje en autobús. Ediciones Orbis, 1985.

martes, 18 de septiembre de 2007

Josep Pla, articulista

"No creo que exista en el mundo imaginación suficiente para describir las dimensiones que tendría que tener una desgracia o simplemente un hecho para llegarnos a interesar seriamente unos minutos seguidos. Lo único que nos interesa realmente es la sensación momentánea, el instante instantáneo e inmediato. Contemplaríamos, probablemente, un hundimiento de gran volumen con una impavidez majadera, si encontrábamos que el espectáculo era suficientemente cómodo y divertido."

La cita es de un artículo de Josep Pla acerca de la quema de conventos en Madrid acontecida en 1931, momento en el que se levantaron serias dudas sobre la Segunda República.

No conocía al Pla articulista, escribiendo en castellano, pero ha sido un grato descubrimiento. Y ha acabado de convencerme de que sí, de que ahora el periodismo es mucho, mucho peor.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

La democracia

"La elección por el pueblo es uno de los peores sistemas de selección que se pueden imaginar para obtener una elite de gestores competentes. La democracia garantiza casi con toda seguridad que resulten elegidos los peores, los mediocres y los demagogos."

(podéis leer el resto del artículo aquí)

martes, 11 de septiembre de 2007

Huir de la ciudad




Entonces uno debe huir de la ciudad, y adentrarse en la entrepierna de calles blancas y estrechas del pueblo. Pero no sirve cualquier pueblo.

Debe ser pequeño y a la orilla del mar, de modo que antes de acostarnos, cada noche, podamos escuchar el rumor de las olas mientras apuramos un último cigarrillo.

Debe ser un pueblo de pescadores, de modo que cada tarde bajemos a comprar el pescado recién pescado para cenar y a la brasa.

En fin, que hoy he regresado de cuatro magníficos días en Port de la Selva, y Barcelona me ha parecido absurda y decadente.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Re-encuentro

Hacía tiempo que no les hablaba desde esta ventanita. Es decir, hacía tiempo que no hablaba conmigo mismo, que no me sentaba a escribir con la calma y la paz requeridas. Todavía no estoy en paz, ni tampoco en calma, pero el olor a incienso que llega desde la habitación de landiman me predispone a intentarlo.

Hace unos días me traje a casa los álbumes de fotos de mi año en Berkeley y del posterior viaje por Europa. Mis amigos, tan cabrones como los pájaros de la Albada de Gil de Biedma, me dicen que se me ve muy jovencito en esas fotos. Tenía 23 años, y ahora 29. ¿Tanto se nota? Es verdad, tengo unos millones de pelo menos, y tres o cuatro tragedias a mis espaldas que ya no me permiten caminar con el alma completamente erguida.

En fin, landiman toca el saxo en su habitación, y a mí me gustaría ahora mismo hacer el amor con todos ustedes, pero ustedes no están y yo debería dormir. Poco a poco nos iremos viendo más a menudo.