domingo, 20 de julio de 2008

Fruitman de vuelta al cine

rachel bilson



Por algún motivo, estos últimos meses había perdido el hábito de ir al cine. El trabajo, los porros y un sofá magnífico son tres elementos que combinados pueden privarle a uno de sus más grandes placeres - y esto es más o menos lo que a me ha venido sucediendo en estos últimos meses.

Pero llegó Julio, y el sofá se hizo caluroso, y el trabajo se tomó un descansillo, y los porros se vinieron conmigo al cine, hartos ya de mi habitación.

He visto cuatro buenas pelis en Julio, entre ellas dos que ya figuran en el top ten cinematográfico de mi vida: Primera Plana (1974) y Doctor Zhivago (1965).

Primera Plana en Montjuic, por 4 eurillos, y Doctor Zhivago en la filmo, por 1.8 eurillos. Total, menos de 6 euros para casi 6 horas de pura felicidad, embobado frente a la pantalla, bajo las estrellas de Barcelona, o bajo el techo de la climatizada Filmoteca.

Hoy fue el turno de The Last Kiss (2006), también en la filmo como parte del ciclo que le están dedicando a Paul Haggis.

Es la típica peli que no te deja para nada maravillado, pero que tiene la gracia (o desgracia) de plantearte los típicos problemas de pareja, esos que cuando sales del cine te siguen rondando por la cabeza.

¿Podremos resistir un matrimonio para toda la vida? ¿Es la vida una sucesión de sucesos más o menos aburridos e inevitables? ¿Qué hacer si Rachel Bilson, la chiquilla de la foto, quiere follarte a toda costa?

(aviso a los lectores: a partir de aquí se desvelaran escenas de The Last Kiss y Doctor Zhivago que igual no quieren leer si no las han visto)

Fuí a ver la peli con dos parejas, y regresé a casa pensando en sus conversaciones. Si uno va a ver una peli de guerra pues habla de las guerras. Y si uno es tan capullo como para llevar a la novia a ver una peli sobre un tio que le pone los cuernos a su novia embarazada de tres meses para tirarse a otra más joven y guapa, pues lo mínimo que puede esperar es un poco de conversa sobre el tema.

Así que me he imaginado a mis aparejados amigos de vuelta a su pisito alquilado, hablando sobre la infidelidad y el futuro en general.

Lectora, si tu pareja te dice que nunca se plantearía ponerle los cuernos con Rachel Bilson, no le creas. Miente como un bellaco. En ese mismo momento ya está deseando meterle mano por todo el cuerpo. Emborracharse con ella junto al mar, en una noche de viernes, y hablar de jilipolleces y fumarse un porrillo y mirarla a los ojos y pensar que todavía es joven y cualquier cosa es posible.

Y al cabo de unos días regresar a casa contigo como si nada hubiera sucedido, por supuesto.

Los tíos siempre tienen los mismos miedos, y por lo tanto siempre tienen los mismos sueños: viajar indefinidamente y follar con angelillos a los que acaban de conocer. La familia, los hijos, el piso más grande, la boda, el coche, los proyectos comunes,... no les importan una mierda.

Lo dejarían todo en cualquier momento por irse a una playa de México o de Brasil o de Tailandia o de Menorca, y no hacer nada más en toda su puta vida que follar, comer y beber y dormir bien y mucho, y escribir de vez en cuando, tras ver una buena película.

Claro que hay hombres distintos. Hombres que saben aceptar su condición mortal, y que buscan en el matrimonio el remedio a su soledad o a su incapacidad de vivir sin una mamá que los cuide. Quizás estos no sucumbirían a la tentación de Rachel Bilson, pero es difícil que hagan felices a quienes les rodean. Y esto me lleva a esta frase que Komarovsky le suelta a Lara en Doctor Zhivago:

"There are two kinds of men and only two. And that young man is one kind. He is high-minded. He is pure. He's the kind of man the world pretends to look up to, and in fact despises. He is the kind of man who breeds unhappiness, particularly in women (...) There's another kind. Not high-minded. Not pure. But alive"

Y algo de razón lleva Komarovsky, porque ese "young man" con quien se termina casando Lara resultará ser un pedazo de cabrón. Su infidelidad es más sutil, pero devastadora.

Obviamente, también están los tios que nunca tendrán la ocasión de follar con Rachel Bilson, así que igual estos también mienten, pero poco importa, porque serán fieles. A la fuerza ahorcan.

A la hora de la verdad, la mayoría mienten. Como mienten también las mujeres, como nos mentimos todos y todas día a día.

Pero poco importa. Mientras haya gente muriéndose por no poder comer, somos todos igual de infieles, igual de cabrones.

2 comentarios:

  1. Pinche Pere, qué razón tienes.
    :D

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  2. hombre.. pues yo almenos trataría de canalizar la efusividad respecto a mí de la niña también hacia mi novia. y marcarnos un trio decente y todos felices. y sigo leyéndote eh, que te cuesta lo mismo transcribir en inglés que traducir directamente.

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