miércoles, 5 de abril de 2006

Decisiones

Esta noche volvió a haber charla entre físicos en casa. Se volvió a liar una discusión entre ellos, entre Ellos, y a ratos conseguí entender algo y me puse contento, y a ratos no entendía nada y desconectaba y me fijaba en los rizos negros de la única chica presente, o en el número de cigarrillos que quedaban en mi paquete de Camel.

Es interesante el papel de la física como entretenimiento. Es un juego complicado que, verdaderamente, a veces puede entretener infinitamente, igual que practicar un solo de guitarra hasta que consigues tocarlo de puta madre e incluso puedes empezar a introducir tus propias variaciones, y suenan bien.

A veces me pregunto si no hubiera hecho mejor practicando mis solos de guitarra en vez de dedicar cuatro años a estudiar como encajan un conjunto indefinido de fórmulas matemáticas. En el fondo, sería lo mismo. Todo es cuestión de encontrar algo que te entretenga, que te haga pasar el tiempo.

Qué estúpida, en el fondo y en la forma, es la vida del intelectual. Puro entretenimiento contra el misterio irresoluble, contra la insignificancia de la vida de uno mismo. Cuando me pongo a pensar, me dan ganas de cerrar este blog.

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