Santo es el protagonista de una serie de televisión mexicana de hace muchos años, tantos que es en blanco y negro. Un año, en el festival de cine de Sitges, vimos unos cuantos capítulos de El Santo en una carpa junto a la playa. Nos impactó a todos el personaje de Santo, el enmascarado de plata, defensor de los débiles y azote de la maldad, con una barriga considerable y una agilidad física francamente penosa. Más tarde Val Kilmer haría de El Santo en una peli americana, sin máscara y sin barriga, y con su cabellera rubia.
En fin, todo esto venía porque hoy, jueves 29 de Junio de 2006, es mi santo. El mío, no el de Fruitman, porque Fruitman es un poco yanqui, y en el mundo anglosajón no se celebra esto del santo.
Por supuesto, todos tenemos varias personalidades, aunque algunos bastante más que otros. A mi me gustan las personas difíciles de clasificar, aunque no siempre es fácil tratarlas y sólo el tiempo nos descubre sus constantes, su personalidad única escondida en la multiplicidad de personalidades. Cada persona, un mundo, pero qué complejo es un mundo.
Por eso me gusta, a veces, en noches como esta, pensarte desnuda, con tus ojos cerrados y tu sueño profundo y lejano. Entonces no sé quien eres ni dónde estás, pero te siento más cerca que nunca.
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