martes, 6 de junio de 2006

Volver

Es bonito tener un sitio a donde volver, supongo. A veces, yo ya creo que no me quedan muchos sitios a donde volver y sentir añoranza. Hace poco visité mi colegio, y no me pareció muy pequeño, como se supone que deben parecerte los lugares que no has visto desde que eras niño. Mis compañeros se sorprendían de lo diminuto del patio de recreo, de las aulas, de las sillas, mientras yo lo veía todo igual, ni más pequeño ni más grande.

No, ya no son lugares lo que hecho de menos, quizás porque ya no encuentro a penas sentimientos escondidos entre los lugares en los que crecí.

En fin, recién llego de ver Volver, la última de Almodóvar. Estuvimos jugando a ping-pong, tomamos una cervecita y nos fuímos al cine después de tomar unos choricitos fritos con pan y queso, todo gentileza de la abuela de landiman, que luego se enfada si no lo digo. Me encantó Carmen Maura (y mira que no me gustaba nada hasta hoy), me encantó la hermana de Raimunda y, a ratos, Penélope Cruz. El guión me pareció un pelín rebuscado, creo que no era necesaria tanta historia porque la historia del pueblo y las mujeres era suficiente.

Almodóvar siempre retrata una parte de la mujer que sale poco en las películas, quizás porque pocos directores tienen su sensiblidad femenina. Creo que entiende bien a las mujeres, sobretodo a las mujeres que a mí personalmente más me gustan. Hay una fortaleza y determinación en las mujeres que pocos hombres saben ver, porque en el fondo los hombres se acercan poco a las mujeres.

Almodóvar siempre envuelve a las mujeres en una tragedia, una tragedia que acaban resolviendo en la película. Y durante la resolución, es cuando Almodóvar nos presenta su visión de las mujeres, esa fortaleza que aflora en ellas como el instinto de dar a luz, de dar la vida. Son mujeres que lloran, pero son también mujeres muy fuertes. Y sinceras, y honestas siempre a pesar de todo, dos adjetivos que siempre acompañan a la chica Almodóvar.

Cuanto más pienso en Volver, más me gusta y me dan ganas de volver a verla, valga el chiste fácil. Por mi parte, espero siempre regresar a los lugares de mi pasado con la misma calma y la misma felicidad que cuando regresé a mi escuela hace unos días. Aunque a veces, quizás, me gustaría echar más de menos ciertas cosas. Pero eso es ya otra historia. Buenas noches.

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