Mientras unos se recitan poemas, otros se juegan la alcaldía a cara o cruz. Y cómo no, la fórmula 1 se queda en Valencia hasta el 2014.
Este país es la leche, pero debo celebrar el giro poético de los debates parlamentarios. Un poco de Cyrano de Bergerac nunca viene mal, y siempre alegra el día.
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