jueves, 5 de julio de 2007
El abrazo partido
Por fin, una noche de verano. Y es que el verano no comienza de verdad hasta que uno no ve una película al aire libre, y yo hacía años que no lo disfrutaba.
Empieza de día, con la pantalla blanca y tersa como una piel joven, ignorando las sonrisas y lágrimas que tendrá que reflejar impasible. Estoica, la pantalla, ante las imágenes que la ciegan y la colorean a un tiempo.
La película acaba y está oscuro, y la sábana blanca es ahora sólo eso, una sábana por recoger. Los operarios la desmontan, la doblan y se la llevan, y esta noche de verano ya sólo resiste en una lucecita de tus ojos.
Y en mis manos sucias, que la escriben, y me ayudarán a entrar en la cama, y me taparán con otra sábana.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario