miércoles, 25 de julio de 2007

El nombre de las cosas

Regresamos a casa, y el alcohol ya se evaporaba de la sangre como el maquillaje del contorno de tus ojos. Cansados, leímos el principio de Cien años de soledad, y me detuve en esta frase:

"El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".

Entonces pensé en ti, princesita, en tu obsesión por recordar los momentos de felicidad que ya no eres capaz de recordar. Las primeras palabras de tu hija, los momentos en el parque, las primeras sonrisas, los primeros abrazos. Momentos de felicidad sin nombre, de tan reciente tú mundo de entonces, de tan reciente.

Es normal que no sepas recordar esos momentos ahora, porque sólo recordamos lo que tiene un nombre, y a menudo la felicidad verdadera carece de sustantivos.

Piensa, sin embargo, que muchos nunca llegan a vivir en un mundo en el que las cosas carecen de nombre.

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