En noches como esta es una lástima no poder hacer el amor. Esta mezcla de frío y calor que entra por la ventana agudiza mi tacto, y beber agua, sentir su textura, su cuerpo cuando llena la boca, se convierte en un acto sensual.
O es la noche, o es que esta tarde compré al fin el billete para hong kong, y ya estoy pensando en la primera noche que pasaremos juntos.
En hong kong, el aire entra sudando por la ventana.
La ciudad huele a comida, a dinero esterilizado y a sexo.
Y de fondo siempre el mar: el mar del puerto, el mar de la central eléctrica, y el mar del trópico.
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