Y esta noche lo celebramos, por orden alfabético, con Ana, Ingrid, Javi, Marc, Pol, Txell y un servidor (más las intermitentes intervenciones de Landiman y su fabulosa cámara).
Fue una cena casi familiar, muy casera: comida simple, buen vino, postre txellero, caipirinhas con mucho azucar, cervecitas, martini... y unos regalos estupendos. No me esperaba regalos tan tremendos, muchas gracias! Aprenderé a tocar el jambé, y escucharé a chopin camino del trabajo, y me sonaré sobre un montón de dólares y echaremos muchas partiditas el ligretto... perfecto, son regalos perfectos para mi.
Tras la cena fue inevitable desenfundar la guitarra, y empezar a tocar acompañado por la incomparable voz de marc, nuestro adonis de voz angelical. Estuvimos tocando y cantando guiados por el libro de Anna, fantástico libro de canciones de toda la vida. Me compré una guitarra acústica precisamente para poder hacer este tipo de cosas...
Después de la música, echamos unas partiditas al ligretto, juego divertido donde los haya... nada especial, nada complicado, pero divertido, como la noche de hoy...
Me alegra teneros de compañeros de trabajo, me alegra comprobar que nos lo pasamos bien haciendo las cosas más sencillas, sentados alrededor de una mesa en una habitación minúscula, con la compañía de nuestras palabras y un poco de música.
La noche sería aún más perfecta del todo si ahora, a punto de irme a dormir, no echara en falta a esa persona a la que tanto quiero. Mi mejor amiga, mi deseo más íntimo al soplar las velas.
Me gusta comprobar que uno puede pasárselo bien com amigos junto a la pareja, como Pol y Ana, como Ingrid y Marc... espero poderlo hacer yo también, en un futuro no muy lejano. Quizás mi próximo cumpleaños, pequeña princesa de ojos achinados.
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