"Lo esencial para aprovechar un viaje es tomarlo como finalidad misma. Andar por el mundo un poco al azar es muy agradable. Viajar sin tener un objeto concreto es una auténtica maravilla. Yo siento que podría curarme de todos mis vicios y de todas mis virtudes, caso de que tenga alguna; lo que no podré dejar jamás es mi recalcitrante vagabundaje.
Hay que viajar para descubrir con los propios ojos que el mundo es muy pequeño, y por tanto, que es absolutamente necesario hacer un esfuerzo para dignificar la visión hasta llegar a ver las cosas en grande. Hay que viajar para darse cuenta de que una pasión, una idea, un hombre, sólo son importantes si resisten una proyección a través del tiempo y del espacio. No hay nada como alejarse un poco para curarse de la psicosis de la proximidad, de la deformación de la proximidad, de la que todos estamos atacados. Hay que viajar para aprender -a pesar de todo- a conservar, a perfeccionar, a tolerar".
Josep Pla. Viaje en autobús. Ediciones Orbis, 1985.
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