Leo en El Pais que varias organizaciones del sector audiovisual y colectivos sociales piden la introducción de una asignatura de Cultura Audiovisual en la ESO.
La asignatura debe servir para educar a unos jóvenes que, según indica la noticia, manifiestan un preocupante "analfabetismo audiovisual", y que además "no disciernen bien lo que son contenidos apropiados y los que no, y lo que es legal o lo que es pirata".
Cuando leo noticias como esta me reafirmo en la idea de que mi pais, España, está en manos de ignorantes conservadores con un miedo al conocimiento y la realización del individuo muy propios de un franquismo que todavía moldea las mentes de gobernantes y agentes sociales.
Si Internet, Televisión y Videojuegos merecen una asignatura que nos avise de sus peligros, creo que deberíamos empezar por plantear una asignatura de "Cultura Política" en la que se eduque a los adolescentes de los peligros de la democracia y el sistema político actual en general, alertándoles de las consecuencias de votar a unos políticos que defienden la guerra, el tráfico de armas, el hambre en el mundo, la liquidación de los recursos naturales y la explotación de los más débiles.
Internet es un medio de comunicación que permite, por un coste muy bajo, compartir el conocimiento entre cualquier punto del planeta. Podemos formarnos en cualquier disciplina, acceder a todo tipo de contenidos didácticos y culturales, comunicarnos con personas de todo el mundo, expresar nuestras opiniones y contribuir a la transparencia de los mercados y los gobiernos. ¿Por qué no educar a los adolescentes en estas posibilidades del medio, en lugar de meterlo en el mismo saco que la televisión y los videojuegos?
En este país, cualquier instrumento que permite al individuo formarse y progresar sin el control del gobierno y los agentes sociales se considera nocivo. Ya se han cargado la educación obligatoria y van en camino de cargarse la universidad, si no lo han hecho ya. ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar a esta pandilla de ineptos?
En este país, existe un desconocimiento alarmante de los factores que contribuyen a crear países en donde se vive bien a nivel material e intelectual. Sistemáticamente se intenta torpedear la educación y la investigación, y buscar el lado negativo de todo progreso tecnológico. En lugar de fijarnos en la riqueza económica y social que puede derivarse de nuevos medios como Internet y la industria audiovisual en general, nos fijamos sólo en la piratería y los "contenidos no apropiados".
No entendemos ni el socialismo ni el capitalismo. Nuestro país está en manos de mentes que piensan las cosas diez años más tarde y mal.
Sistemáticamente, nos tratan como si fuéramos subnormales, como si necesitaramos contínuamente al gobierno guiándonos por la senda del bien.
¿Qué significa alertar a los adolescentes de "contenidos no apropiados"?
¿Cuándo tendremos unos medios de comunicación, agentes sociales y políticos que contribuyan al pensamiento crítico y confíen en la capacidad de los ciudadanos para educarse a ellos mismos?
¿Hasta cuando necesitaremos al dictador recordándonos lo que está bien y lo que no?
sábado, 15 de noviembre de 2008
sábado, 8 de noviembre de 2008
La vida tranquila
Parece ser que Becquer dijo una vez: "cuando siento, no escribo". A mí me sucede más bien al contrario, seguramente porque no soy un escritor profesional. Es un hecho que cuanto más tranquilo estoy, cuanto más me acomodo en mi plácida vida de trabajador digital, menos escribo. ¿Significa pues que "siento" menos?
En cierto sentido, así es. Escribo en mi libretita negra cuando viajo por el mundo, y escribo por otros blogs y redes sociales cuando viajo por el humo. Y el pobre fruitman, poco a poco, va perdiendo peso y el pelo, y a penas aparece por aquí mensualmente.
En otras épocas, quizás me preocuparía, quizás me estresaría. Pero no ahora.
Fruitman ya no es imprescindible.
La vida sigue, y no necesita ser relatada. Este blog ya no exorziza mis miserias.
Tendré que buscar nuevas fuentes de escritura.
En cierto sentido, así es. Escribo en mi libretita negra cuando viajo por el mundo, y escribo por otros blogs y redes sociales cuando viajo por el humo. Y el pobre fruitman, poco a poco, va perdiendo peso y el pelo, y a penas aparece por aquí mensualmente.
En otras épocas, quizás me preocuparía, quizás me estresaría. Pero no ahora.
Fruitman ya no es imprescindible.
La vida sigue, y no necesita ser relatada. Este blog ya no exorziza mis miserias.
Tendré que buscar nuevas fuentes de escritura.
domingo, 12 de octubre de 2008
Calma
El fin de semana termina con las fotos del fin de semana. Han sido sólo dos días, y ojalá hubieran sido unos cuantos más. La calma de la casa del delta.
El sábado por la noche preparé el cigarrillo en casa, y lo fumamos camino a la orilla del mar. El cielo cubierto, y la oscuridad ocultando los charcos en la arena. Trescientos metros separan la casa del mar, trescientos metros de desierto.
El viento es un fluido que me permite tener los pies en la tierra. Camino empujado por su fuerza, y contra su fuerza, y pienso en Joaquin y sus enseñanzas sobre cómo encender un cigarrillo en mitad de un vendaval.
El mar respira en la conversación repetitiva de las olas, indiferente a nuestras respuestas. Una y otra vez las mismas palabras, y sin embargo no podemos dejar de escucharlas.
Bajo los pies un suelo de arena infinita. Lejos, muy lejos, apenas se dibujan las luces del mundo urbanizado.
La calma es un estado subjetivo, y cuando puedes compartirla sabes que has encontrado a la persona adecuada. Contigo siento la calma, y también con vosotros, junto al Sena en París o junto al mar en el delta. A veces en Barcelona, en el banquito de la calle Tamarit o en la playa de la Barceloneta.
La vida en la ciudad es por lo general insulsa y poco usable, como internet. Hacer cualquier cosa es innecesariamente complicado, y además la mayoría de cosas que hacemos no nos apetecen, y todo el mundo queda demasiado cerca y al mismo tiempo muy lejos.
En la casa del delta el placer de estar vivo es suficiente para tener una vida plena.
Sólo faltas tú, pero no tengo prisa.
El sábado por la noche preparé el cigarrillo en casa, y lo fumamos camino a la orilla del mar. El cielo cubierto, y la oscuridad ocultando los charcos en la arena. Trescientos metros separan la casa del mar, trescientos metros de desierto.
El viento es un fluido que me permite tener los pies en la tierra. Camino empujado por su fuerza, y contra su fuerza, y pienso en Joaquin y sus enseñanzas sobre cómo encender un cigarrillo en mitad de un vendaval.
El mar respira en la conversación repetitiva de las olas, indiferente a nuestras respuestas. Una y otra vez las mismas palabras, y sin embargo no podemos dejar de escucharlas.
Bajo los pies un suelo de arena infinita. Lejos, muy lejos, apenas se dibujan las luces del mundo urbanizado.
La calma es un estado subjetivo, y cuando puedes compartirla sabes que has encontrado a la persona adecuada. Contigo siento la calma, y también con vosotros, junto al Sena en París o junto al mar en el delta. A veces en Barcelona, en el banquito de la calle Tamarit o en la playa de la Barceloneta.
La vida en la ciudad es por lo general insulsa y poco usable, como internet. Hacer cualquier cosa es innecesariamente complicado, y además la mayoría de cosas que hacemos no nos apetecen, y todo el mundo queda demasiado cerca y al mismo tiempo muy lejos.
En la casa del delta el placer de estar vivo es suficiente para tener una vida plena.
Sólo faltas tú, pero no tengo prisa.
lunes, 6 de octubre de 2008
Cuentos chinos
Hoy me han mandado el siguiente proverbio chino: "Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa". La verdad es que si tengo que cambiar el mundo, mejor no me de tres vueltas por casa, porque está tan sucia que no me quedaría tiempo en la vida para nada más que para limpiarla. Así que mejor me cambio de casa, y me pongo a cambiar el mundo.
Ante ayer: Ojo avizor. "Avizor", para quién no lo sepa, es un gaje. Un gaje es toda aquella palabra que sólo pronunciamos junto a otra. Por ejemplo, "avizor", palabra que sólo utilizamos junto a "ojo" cuando hablamos. Me lo contó Pablo Martín, un tipo con unos ojos azules que te tiran para atrás. Hay quién dice que pertenece al colectivo autobombo, pero yo nunca lo he visto por ahí.
Hoy, algo estresado, de nuevo. Hacía tiempo que no lo estaba. Pero a las 7 he dicho basta y me he metido en el gimnasio con landiman, un tipo que quiere conocer el pueblo donde vivió Arquímedes. Y que me ha pedido que mire vídeos de tíos con tetas, cosa que todavía no termino de digerir. Por supuesto mi nivel de estrés ha bajado considerablemente mientras peladeaba a cuarenta kilómetros por hora por una cuesta de nivel 5. Es decir una bajada, porque hay 20 niveles.
Miércoles y jueves, Madrid. Me da pereza. Necesito unos días para volver a aprender, para no tener que producir sólo para los demás.
Hoy noticias. El reverendo Peter Mullen, capellán de la Bolsa de Valores de Londres, ha declarado que los homosexuales deberían llevar advertencias tatuadas en su cuerpo, como las cajas de cigarrillos. En su barbilla deberían llevar tatuado "la felación mata", y en su espalda "la sodomía puede perjudicar a su salud". Ante el revuelo causado por la noticia, el reverendo ha dicho que "todo era una broma". A mí me parece un reverendo genial. Humor inglés del fino.
Ante ayer: Ojo avizor. "Avizor", para quién no lo sepa, es un gaje. Un gaje es toda aquella palabra que sólo pronunciamos junto a otra. Por ejemplo, "avizor", palabra que sólo utilizamos junto a "ojo" cuando hablamos. Me lo contó Pablo Martín, un tipo con unos ojos azules que te tiran para atrás. Hay quién dice que pertenece al colectivo autobombo, pero yo nunca lo he visto por ahí.
Hoy, algo estresado, de nuevo. Hacía tiempo que no lo estaba. Pero a las 7 he dicho basta y me he metido en el gimnasio con landiman, un tipo que quiere conocer el pueblo donde vivió Arquímedes. Y que me ha pedido que mire vídeos de tíos con tetas, cosa que todavía no termino de digerir. Por supuesto mi nivel de estrés ha bajado considerablemente mientras peladeaba a cuarenta kilómetros por hora por una cuesta de nivel 5. Es decir una bajada, porque hay 20 niveles.
Miércoles y jueves, Madrid. Me da pereza. Necesito unos días para volver a aprender, para no tener que producir sólo para los demás.
Hoy noticias. El reverendo Peter Mullen, capellán de la Bolsa de Valores de Londres, ha declarado que los homosexuales deberían llevar advertencias tatuadas en su cuerpo, como las cajas de cigarrillos. En su barbilla deberían llevar tatuado "la felación mata", y en su espalda "la sodomía puede perjudicar a su salud". Ante el revuelo causado por la noticia, el reverendo ha dicho que "todo era una broma". A mí me parece un reverendo genial. Humor inglés del fino.
lunes, 29 de septiembre de 2008
La plaga más rara de la historia
Hay plagas y plagas.
Quién pudiera volverse loco como la masa hambrienta, y danzar y fornicar hasta la extenuación.
Quién pudiera volverse loco como la masa hambrienta, y danzar y fornicar hasta la extenuación.
Fotografías
Durante mi último viaje a Hong Kong me compré una Nikon D80 y tomé un curso de fotografía con un tipo canadiense al que encontré a través de internet.
A ver si este año puedo ir practicando y la cosa va mejorando. Les dejo con algunos recuerdos de Hong Kong, y una fotilla tomada desde el cuarto de Álex.
Y algunas fotillos más en mi perfil de flickr.
A ver si este año puedo ir practicando y la cosa va mejorando. Les dejo con algunos recuerdos de Hong Kong, y una fotilla tomada desde el cuarto de Álex.
Y algunas fotillos más en mi perfil de flickr.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Vicky Cristina Barcelona
Lo confieso: me encanta el Woody Allen superficial que retrata lo poco que conoce del mundo. Lo confieso: me encantaría conocer lo poco que él conoce del mundo. Me encantaría no ser juzgado sólo por el producto que fabrico, sino por el modo en que vivo mi vida. Y este maldito judío de casi ochenta años se pega la vida padre. Tan sólo le faltaba el morbo de Bardem.
Al salir del cine, oigo a un tipo que le dice a la chica que le acompaña: "esta Barcelona es la Barcelona pija, no es real". Y al decirlo se siente mejor, y supongo que si ella tiene dos dedos de frente, se siente peor. No chica, este tipo no te va a llevar a cenar a un buen restaurante.
Pero no debes quejarte, porque vuestro rollo será real, auténtico, y al terminar de ver Delitos y Faltas podréis discutir sobre los dilemas morales que plantea la peli, y comer un yogur. Y el tipo te mostrará un relato que ha escrito, y será un bodrio mal escrito y con faltas de ortografía.
A mí Woody me ha hecho pasar muy buenos ratos, y además admiro la vida que se ha pegado. Es algo así como Jesucristo, un referente eterno. La comunión de todos los placeres que adoro: el cine, el jazz, el humor, la tragedia, la inteligencia, las mujeres.
Por eso, cada vez que voy a ver una nueva peli suya me importa poco "el producto": lo que me importa es que el tipo siga viviendo y me siga recordando todas las cosas que me gustan.
Lo demás, lo dejo para los críticos.
Al salir del cine, oigo a un tipo que le dice a la chica que le acompaña: "esta Barcelona es la Barcelona pija, no es real". Y al decirlo se siente mejor, y supongo que si ella tiene dos dedos de frente, se siente peor. No chica, este tipo no te va a llevar a cenar a un buen restaurante.
Pero no debes quejarte, porque vuestro rollo será real, auténtico, y al terminar de ver Delitos y Faltas podréis discutir sobre los dilemas morales que plantea la peli, y comer un yogur. Y el tipo te mostrará un relato que ha escrito, y será un bodrio mal escrito y con faltas de ortografía.
A mí Woody me ha hecho pasar muy buenos ratos, y además admiro la vida que se ha pegado. Es algo así como Jesucristo, un referente eterno. La comunión de todos los placeres que adoro: el cine, el jazz, el humor, la tragedia, la inteligencia, las mujeres.
Por eso, cada vez que voy a ver una nueva peli suya me importa poco "el producto": lo que me importa es que el tipo siga viviendo y me siga recordando todas las cosas que me gustan.
Lo demás, lo dejo para los críticos.
domingo, 10 de agosto de 2008
La hipocresía
Mientras nos rasgamos las vestiduras por las atrocidades que cometen los chinos, y los miramos por encima del hombro, otra guerra comienza en Europa.
martes, 29 de julio de 2008
RUDAM
A veces uno recibe un correo electrónico titulado RUDAM, y se acojona.
¿Ustedes saben qué significa RUDAM?
Ahora yo sí lo sé, pero mientras no lo supe, viví intranquilo.
(y aunque parezca que ande algo fumado, este post es 100% fruto de un cerebro no colocado - porque lo he dejado, por unas semanas)
¿Ustedes saben qué significa RUDAM?
Ahora yo sí lo sé, pero mientras no lo supe, viví intranquilo.
(y aunque parezca que ande algo fumado, este post es 100% fruto de un cerebro no colocado - porque lo he dejado, por unas semanas)
domingo, 27 de julio de 2008
Periodismo
"Estoy en el aula del instituto, y el profesor quiere que digamos adiós a la infancia. Me siento confusa. La felicidad es como el parpadeo de las estrellas que habitan el cielo nocturno de la infancia. Yo sólo quiero más y más estrellas. No quiero ver el alba".
El texto es de una niña (¿chica?) de 15 años llamada Bella, y aparece citado en un reportaje sobre su vida que ha escrito Leslie T. Chang y que publica National Geographic en el número de Agosto, dedicado en su totalidad a China.
He pasado buena parte del domingo leyendo los reportajes de la revista, en el sofá de casa de mi padre, y en el tren de vuelta a mi casa. He disfrutado mucho leyendo unos reportajes alejados de los grandes números, que nos acercan a la realidad del país a través de la experiencia directa de los reporteros que escriben y los fotógrafos que ilustran.
El primer reportaje lo escribe Peter Hessler, y es una mirada a China desde las redacciones que escribían sus alumnos cuando fue profesor de inglés en una pequeña ciudad China, así como desde los correos electrónicos y cartas que posteriormente le han ido escribiendo los más de 100 alumnos con los que sigue en contacto. Me ha parecido una idea excelente para articular un reportaje.
El segundo parte de la narración de un día en la vida de Bella, un formato clásico que recoge las impresiones y biografías de la niña y de sus padres para dibujar un retrato de la competitividad y absurdos ideales a los que se ha abocado este país. A veces parece como si China haya abrazado lo peor del capitalismo, el comunismo y el nacionalismo, y sin embargo, en muchos sentidos es un país fascinante y conmovedor.
El tercer reportaje lo estoy comenzando a leer, y nos acerca a un pueblecito perdido en las montañas que sigue viviendo como hace cien años. De estilo literario, deteniéndose en las palabras, el texto escrito por Amy Tan empieza así:
"Con el sol cerca del horizonte y un aire todavía cálido llegué a la alta puerta ceremonial por la que se accede al pueblo. Desde lo más alto del camino de tierra, se abría ante mis ojos un valle en plena cosecha: un mosaico de campos verdes con pinceladas de oro, interrupido por las negras siluetas ondulantes de los tejados. En las laderas se apilaban los arrozales como tortas esponjosas.
De repente, dos niñas de diez años vinieron corriendo a mi encuentro y me cogieron del brazo, entonando una bienvenida con ritmo entrecortado mientras me conducían por un sendero de piedra entre un laberinto de casa de madera de tres plantas. Ancianas con turbante nos contemplaban desde los porches. Tres hombres de aspecto marchito, con gorras al viejo estilo Mao, levantaron la vista de sus pipas. Un enjambre de niños nos seguía. Las niñas me llevaron hasta unos graneros construídos sobre unos pilotes, bajo los cuales había corrales con cerdos y estanques con patos. Debajo de algunos cobertizos vi lo que me parecieron tres o cuatro armarios decorados, apoyados de costado; en realidad eran naves para el otro mundo, ataúdes hechos a medida con la madera de los árboles plantados en el día del nacimiento de sus futuros propietarios.
Había llegado a Dimen, un pueblo perdido entre las exhuberantes montañas de Guizhou, el hogar de cinco clanes y 528 familias de la minoría dong."
Qué bueno poder leer tan buenos reportajes, poder contemplar las fotos que aumentan sus realidades escritas. Les recomiendo detenerse una tarde de domingo, y disfrutar de un buen rato de periodismo de papel.
El texto es de una niña (¿chica?) de 15 años llamada Bella, y aparece citado en un reportaje sobre su vida que ha escrito Leslie T. Chang y que publica National Geographic en el número de Agosto, dedicado en su totalidad a China.
He pasado buena parte del domingo leyendo los reportajes de la revista, en el sofá de casa de mi padre, y en el tren de vuelta a mi casa. He disfrutado mucho leyendo unos reportajes alejados de los grandes números, que nos acercan a la realidad del país a través de la experiencia directa de los reporteros que escriben y los fotógrafos que ilustran.
El primer reportaje lo escribe Peter Hessler, y es una mirada a China desde las redacciones que escribían sus alumnos cuando fue profesor de inglés en una pequeña ciudad China, así como desde los correos electrónicos y cartas que posteriormente le han ido escribiendo los más de 100 alumnos con los que sigue en contacto. Me ha parecido una idea excelente para articular un reportaje.
El segundo parte de la narración de un día en la vida de Bella, un formato clásico que recoge las impresiones y biografías de la niña y de sus padres para dibujar un retrato de la competitividad y absurdos ideales a los que se ha abocado este país. A veces parece como si China haya abrazado lo peor del capitalismo, el comunismo y el nacionalismo, y sin embargo, en muchos sentidos es un país fascinante y conmovedor.
El tercer reportaje lo estoy comenzando a leer, y nos acerca a un pueblecito perdido en las montañas que sigue viviendo como hace cien años. De estilo literario, deteniéndose en las palabras, el texto escrito por Amy Tan empieza así:
"Con el sol cerca del horizonte y un aire todavía cálido llegué a la alta puerta ceremonial por la que se accede al pueblo. Desde lo más alto del camino de tierra, se abría ante mis ojos un valle en plena cosecha: un mosaico de campos verdes con pinceladas de oro, interrupido por las negras siluetas ondulantes de los tejados. En las laderas se apilaban los arrozales como tortas esponjosas.
De repente, dos niñas de diez años vinieron corriendo a mi encuentro y me cogieron del brazo, entonando una bienvenida con ritmo entrecortado mientras me conducían por un sendero de piedra entre un laberinto de casa de madera de tres plantas. Ancianas con turbante nos contemplaban desde los porches. Tres hombres de aspecto marchito, con gorras al viejo estilo Mao, levantaron la vista de sus pipas. Un enjambre de niños nos seguía. Las niñas me llevaron hasta unos graneros construídos sobre unos pilotes, bajo los cuales había corrales con cerdos y estanques con patos. Debajo de algunos cobertizos vi lo que me parecieron tres o cuatro armarios decorados, apoyados de costado; en realidad eran naves para el otro mundo, ataúdes hechos a medida con la madera de los árboles plantados en el día del nacimiento de sus futuros propietarios.
Había llegado a Dimen, un pueblo perdido entre las exhuberantes montañas de Guizhou, el hogar de cinco clanes y 528 familias de la minoría dong."
Qué bueno poder leer tan buenos reportajes, poder contemplar las fotos que aumentan sus realidades escritas. Les recomiendo detenerse una tarde de domingo, y disfrutar de un buen rato de periodismo de papel.
lunes, 21 de julio de 2008
Orden
He añadido algunas categorías para el contenido de este blog, que ya empieza a ser considerable.
A la izquierda, encontraréis tres listas nuevas:
- Temas varios
- Lugares
- Personas
He recopilado así un listado personal de categorías para acceder a algunos de los escritos del blog.
Y me he entretenido un rato releyéndome y recordando, uno de los mayores placeres cuando se tiene un blog.
A la izquierda, encontraréis tres listas nuevas:
- Temas varios
- Lugares
- Personas
He recopilado así un listado personal de categorías para acceder a algunos de los escritos del blog.
Y me he entretenido un rato releyéndome y recordando, uno de los mayores placeres cuando se tiene un blog.
domingo, 20 de julio de 2008
Fruitman de vuelta al cine
Por algún motivo, estos últimos meses había perdido el hábito de ir al cine. El trabajo, los porros y un sofá magnífico son tres elementos que combinados pueden privarle a uno de sus más grandes placeres - y esto es más o menos lo que a me ha venido sucediendo en estos últimos meses.
Pero llegó Julio, y el sofá se hizo caluroso, y el trabajo se tomó un descansillo, y los porros se vinieron conmigo al cine, hartos ya de mi habitación.
He visto cuatro buenas pelis en Julio, entre ellas dos que ya figuran en el top ten cinematográfico de mi vida: Primera Plana (1974) y Doctor Zhivago (1965).
Primera Plana en Montjuic, por 4 eurillos, y Doctor Zhivago en la filmo, por 1.8 eurillos. Total, menos de 6 euros para casi 6 horas de pura felicidad, embobado frente a la pantalla, bajo las estrellas de Barcelona, o bajo el techo de la climatizada Filmoteca.
Hoy fue el turno de The Last Kiss (2006), también en la filmo como parte del ciclo que le están dedicando a Paul Haggis.
Es la típica peli que no te deja para nada maravillado, pero que tiene la gracia (o desgracia) de plantearte los típicos problemas de pareja, esos que cuando sales del cine te siguen rondando por la cabeza.
¿Podremos resistir un matrimonio para toda la vida? ¿Es la vida una sucesión de sucesos más o menos aburridos e inevitables? ¿Qué hacer si Rachel Bilson, la chiquilla de la foto, quiere follarte a toda costa?
(aviso a los lectores: a partir de aquí se desvelaran escenas de The Last Kiss y Doctor Zhivago que igual no quieren leer si no las han visto)
Fuí a ver la peli con dos parejas, y regresé a casa pensando en sus conversaciones. Si uno va a ver una peli de guerra pues habla de las guerras. Y si uno es tan capullo como para llevar a la novia a ver una peli sobre un tio que le pone los cuernos a su novia embarazada de tres meses para tirarse a otra más joven y guapa, pues lo mínimo que puede esperar es un poco de conversa sobre el tema.
Así que me he imaginado a mis aparejados amigos de vuelta a su pisito alquilado, hablando sobre la infidelidad y el futuro en general.
Lectora, si tu pareja te dice que nunca se plantearía ponerle los cuernos con Rachel Bilson, no le creas. Miente como un bellaco. En ese mismo momento ya está deseando meterle mano por todo el cuerpo. Emborracharse con ella junto al mar, en una noche de viernes, y hablar de jilipolleces y fumarse un porrillo y mirarla a los ojos y pensar que todavía es joven y cualquier cosa es posible.
Y al cabo de unos días regresar a casa contigo como si nada hubiera sucedido, por supuesto.
Los tíos siempre tienen los mismos miedos, y por lo tanto siempre tienen los mismos sueños: viajar indefinidamente y follar con angelillos a los que acaban de conocer. La familia, los hijos, el piso más grande, la boda, el coche, los proyectos comunes,... no les importan una mierda.
Lo dejarían todo en cualquier momento por irse a una playa de México o de Brasil o de Tailandia o de Menorca, y no hacer nada más en toda su puta vida que follar, comer y beber y dormir bien y mucho, y escribir de vez en cuando, tras ver una buena película.
Claro que hay hombres distintos. Hombres que saben aceptar su condición mortal, y que buscan en el matrimonio el remedio a su soledad o a su incapacidad de vivir sin una mamá que los cuide. Quizás estos no sucumbirían a la tentación de Rachel Bilson, pero es difícil que hagan felices a quienes les rodean. Y esto me lleva a esta frase que Komarovsky le suelta a Lara en Doctor Zhivago:
"There are two kinds of men and only two. And that young man is one kind. He is high-minded. He is pure. He's the kind of man the world pretends to look up to, and in fact despises. He is the kind of man who breeds unhappiness, particularly in women (...) There's another kind. Not high-minded. Not pure. But alive"
Y algo de razón lleva Komarovsky, porque ese "young man" con quien se termina casando Lara resultará ser un pedazo de cabrón. Su infidelidad es más sutil, pero devastadora.
Obviamente, también están los tios que nunca tendrán la ocasión de follar con Rachel Bilson, así que igual estos también mienten, pero poco importa, porque serán fieles. A la fuerza ahorcan.
A la hora de la verdad, la mayoría mienten. Como mienten también las mujeres, como nos mentimos todos y todas día a día.
Pero poco importa. Mientras haya gente muriéndose por no poder comer, somos todos igual de infieles, igual de cabrones.
sábado, 5 de julio de 2008
La corbata del ministro
Recién leo que el ministro de industria ha decidido ir sin corbata al Congreso como protesta para que se reduzca el uso del aire acondicionado.
La noticia comenta que subir un grado la temperatura del aire acondicionado reduce en un 7% la factura de la luz.
Me parece un dato espectacular.
La noticia comenta que subir un grado la temperatura del aire acondicionado reduce en un 7% la factura de la luz.
Me parece un dato espectacular.
lunes, 30 de junio de 2008
El libro de caras
Estos últimos días los pasé trasteando con facebook. Hasta ahora sólo había utilizado las redes sociales por motivos profesionales, es decir, para buscar gente con quién trabajar. Pero facebook me ha descubierto el lado divertido del internet social.
Empecé añadiendo a mis amistades más cercanas, impulsado sobre todo por mis amigas y amigos más jóvenes, que parecen estar olvidando algo llamado e-mail. Poco a poco, busqué más atrás en el tiempo: londres, berkeley, el instituto, el colegio.
Ahora justo acabo de chatear con un amigo del instituto con quién no hablo desde hace más de diez años. A través del filtro electrónico, hemos intercambiado cuatro lugares comunes, y hemos quedado en vernos.
He ido buscando a más personas. A -t, la chica mayor que yo que me volvió loco nada más entrar en el instituto. Nunca olvidaré sus enormes pechos y sus miradas lascivas. Yo era un pardillo y varias veces lo he lamentado.
Y luego -r, de quién quizás podría conseguir el número, pero que me apetece más reencontrar en el mundo virtual. Igual que hacía entonces, le podré enseñar mis escritos, pero ahora ya no será necesario que se los entregue en mano. Cuánto lo echo de menos, pero tal como era. Como cuando nos tomamos una copa de vino perdidos en Paris, o como cuando me explicó su primer polvo o como cuando aprendíamos a tocar la guitarra.
Como cuando, cuando como.
El tiempo tiene la manía de ser lineal, y cuando cruzamos una edad ya no podemos saltar a otra durante un rato. Porque estaría bien volver a tener 16 o 20 años durante unos días, y reencontrarnos de verdad con antiguos amores y antiguos temores. Saldríamos a tomar unos cubatas, y hablaríamos de nuestro sueño de ser escritores y de utilizar los condones del fondo del cajón.
Supongo que algún día se inventará una red social para nostálgicos, en donde podremos crearnos un perfil en el que tengamos 16 años. Y trataremos los temas que tratábamos entonces, y pretenderemos estudiar para los exámenes de junio.
Y entonces cambiaremos a Facebook, y veremos las fotos de los hijos de los nostálgicos, y nos alegraremos de que el tiempo sea lineal, y siga tocando para nosotros.
Empecé añadiendo a mis amistades más cercanas, impulsado sobre todo por mis amigas y amigos más jóvenes, que parecen estar olvidando algo llamado e-mail. Poco a poco, busqué más atrás en el tiempo: londres, berkeley, el instituto, el colegio.
Ahora justo acabo de chatear con un amigo del instituto con quién no hablo desde hace más de diez años. A través del filtro electrónico, hemos intercambiado cuatro lugares comunes, y hemos quedado en vernos.
He ido buscando a más personas. A -t, la chica mayor que yo que me volvió loco nada más entrar en el instituto. Nunca olvidaré sus enormes pechos y sus miradas lascivas. Yo era un pardillo y varias veces lo he lamentado.
Y luego -r, de quién quizás podría conseguir el número, pero que me apetece más reencontrar en el mundo virtual. Igual que hacía entonces, le podré enseñar mis escritos, pero ahora ya no será necesario que se los entregue en mano. Cuánto lo echo de menos, pero tal como era. Como cuando nos tomamos una copa de vino perdidos en Paris, o como cuando me explicó su primer polvo o como cuando aprendíamos a tocar la guitarra.
Como cuando, cuando como.
El tiempo tiene la manía de ser lineal, y cuando cruzamos una edad ya no podemos saltar a otra durante un rato. Porque estaría bien volver a tener 16 o 20 años durante unos días, y reencontrarnos de verdad con antiguos amores y antiguos temores. Saldríamos a tomar unos cubatas, y hablaríamos de nuestro sueño de ser escritores y de utilizar los condones del fondo del cajón.
Supongo que algún día se inventará una red social para nostálgicos, en donde podremos crearnos un perfil en el que tengamos 16 años. Y trataremos los temas que tratábamos entonces, y pretenderemos estudiar para los exámenes de junio.
Y entonces cambiaremos a Facebook, y veremos las fotos de los hijos de los nostálgicos, y nos alegraremos de que el tiempo sea lineal, y siga tocando para nosotros.
domingo, 22 de junio de 2008
Y escribir
Hoy he comprado mi billete a París para el 10 de julio, con regreso el 14 de julio. Voy a ver a mi amigo José, el granadino.
El viernes, me fumaré un buen canuto, y caminaré por el museo Rodin, y luego me pasaré por Orsay y caminaré finalmente por el Sena, y nos encontraremos con José en las Tullerías, tomando un vaso de vino. El buen vino deberá acompañarnos también en la cena, en una buena brasserie.
Todos dicen que París es la ciudad de los enamorados, pero lo cierto es que es la ciudad ideal para pasarla con amigos. Amigos para pasear de noche por el Sena entre anécdotas y risas, amigos para sentarse frente a Nôtre Damme con queso, vino, hierba y una guitarra. Desde el otro lado del río, la Ile de la Cité al frente, y la Ile de Sant Louis, con su magnífica heladería, a la derecha.
Un grupo de chicos se acerca a nosotros. Están gritándoles a unas chicas que pasean por el otro lado del río, y que les gritan también a ellos. Ligan desde orillas opuestas, y uno de los chicos se me acerca y me pide que le deje dar una calada al porrete. Se lo doy, y todavía me pide más, y le digo que se largue con las chicas y nos deje en paz.
Así sucedió en el otro viaje a París que he hecho desde que comenzó el 2008, definitivamente el año de París y Madrid si me atiendo a mis viajes. En aquella ocasión fueron Marco y Alyosha, el mejor Alyosha que recuerdo. Esta vez será José, y con él estas pantallas que escribo después de más de un mes sin atenderte, querido fruitman.
El viernes, me fumaré un buen canuto, y caminaré por el museo Rodin, y luego me pasaré por Orsay y caminaré finalmente por el Sena, y nos encontraremos con José en las Tullerías, tomando un vaso de vino. El buen vino deberá acompañarnos también en la cena, en una buena brasserie.
Todos dicen que París es la ciudad de los enamorados, pero lo cierto es que es la ciudad ideal para pasarla con amigos. Amigos para pasear de noche por el Sena entre anécdotas y risas, amigos para sentarse frente a Nôtre Damme con queso, vino, hierba y una guitarra. Desde el otro lado del río, la Ile de la Cité al frente, y la Ile de Sant Louis, con su magnífica heladería, a la derecha.
Un grupo de chicos se acerca a nosotros. Están gritándoles a unas chicas que pasean por el otro lado del río, y que les gritan también a ellos. Ligan desde orillas opuestas, y uno de los chicos se me acerca y me pide que le deje dar una calada al porrete. Se lo doy, y todavía me pide más, y le digo que se largue con las chicas y nos deje en paz.
Así sucedió en el otro viaje a París que he hecho desde que comenzó el 2008, definitivamente el año de París y Madrid si me atiendo a mis viajes. En aquella ocasión fueron Marco y Alyosha, el mejor Alyosha que recuerdo. Esta vez será José, y con él estas pantallas que escribo después de más de un mes sin atenderte, querido fruitman.
lunes, 19 de mayo de 2008
Cualquier tiempo pasado
"Que los malos años pasan deprisa, debido a la vida interior de los buenos momentos"
Buster Keaton
Buster Keaton
miércoles, 14 de mayo de 2008
miércoles, 16 de abril de 2008
Se va Daniele
Ya se fué, ya nos acabamos de despedir con un whisky, un cigarrillo, unas palabras y un abrazo. Daniele sentado en la escalera, y yo en el umbral de la puerta de mi casa, como tantas otras veces.
"Siempre estoy cambiando de vida", me ha dicho. "No me quiero ir".
Le he regalado unos libros de cocina con esta dedicatoria: "A Daniele, el mejor vecino del mundo. Con todo mi cariño, Pere". Y Daniele, metro ochenta, brazos tatuados y musculosos, cara grande con ojos de niño travieso, tejanos y camiseta, se ha emocionado.
Lo voy a echar mucho de menos. Por todas las veces que golpeó nuestra puerta, y apareció con una pizza casera, un risotto, unas gambas o una invitación para cenar pasta. Por la vez que me pidió prestado el horno para cocinar un cochinillo entero, y luego por la noche nos lo zampamos mano a mano, con una botella de vino y otra de licor de pera húngaro.
Al día siguiente no pude ir a trabajar, pero el cochinillo siempre lo recordaremos, y el trabajo se olvida. Porque no importa, porque lo único que importa en esta vida es la amistad y la comida y otros pocos placeres.
Se va Daniele, y aquí nos quedamos huérfanos de vecino, del mejor vecino del mundo. De una de las personas más generosas que he conocido.
Nos veremos pronto, de nuevo en la isla, y los recuerdos de la boda, y nuevos recuerdos, y nuevas sonrisas.
"Siempre estoy cambiando de vida", me ha dicho. "No me quiero ir".
Le he regalado unos libros de cocina con esta dedicatoria: "A Daniele, el mejor vecino del mundo. Con todo mi cariño, Pere". Y Daniele, metro ochenta, brazos tatuados y musculosos, cara grande con ojos de niño travieso, tejanos y camiseta, se ha emocionado.
Lo voy a echar mucho de menos. Por todas las veces que golpeó nuestra puerta, y apareció con una pizza casera, un risotto, unas gambas o una invitación para cenar pasta. Por la vez que me pidió prestado el horno para cocinar un cochinillo entero, y luego por la noche nos lo zampamos mano a mano, con una botella de vino y otra de licor de pera húngaro.
Al día siguiente no pude ir a trabajar, pero el cochinillo siempre lo recordaremos, y el trabajo se olvida. Porque no importa, porque lo único que importa en esta vida es la amistad y la comida y otros pocos placeres.
Se va Daniele, y aquí nos quedamos huérfanos de vecino, del mejor vecino del mundo. De una de las personas más generosas que he conocido.
Nos veremos pronto, de nuevo en la isla, y los recuerdos de la boda, y nuevos recuerdos, y nuevas sonrisas.
sábado, 12 de abril de 2008
Qué es una buena película?
(la siguiente reflexión fue publicada originalmente en putogodard.blogspot.com)
¿Qué hace que consideremos que una película es buena?
Hace unos días fuimos a ver una peli con algunos de los editores de este blog. Al salir del cine, unos dijeron que la peli era una mierda, otros que no estaba mal, otras se mantenían al margen de la discusión aportando pequeños gramos de argumentos en una u otra dirección.
Antes de intentar responder a la pregunta inicial de este artículo, podemos intentar responder esta otra, quizás más sencilla por menos ambiciosa:
¿Existe algún elemento indispensable a fin de que una peli nos guste? Es decir, ¿cuál es el elemento que, si no encontramos en una peli, imposibilita que la peli nos pueda gustar? La condición necesaria, aunque no sea suficiente.
Propongo algunas alternativas:
1) Que la peli esté bien realizada
Hoy en día, parece que este elemento ha caído en desgracia. La tecnología cinematográfica es lo que los ingleses llaman una "commodity": algo a lo que todo el mundo puede tener acceso, y por lo tanto, deja de tener un valor en sí mismo.
Así pues, filmar bien, con buenos encuadres, buena música, buena fotografía, no es suficiente. La peli puede seguir siendo una mierda, porque la realización ya no es algo que juzguemos difícil.
2) Que la peli se entienda
Ciertamente, es algo deseable. ¿Podemos llegar a apreciar una peli que no entendemos? Es difícil. Sin embargo, no todas las películas tienen algo que deba entenderse. Podríamos imaginar una película muy bella, sin argumento, sin nada que deba entenderse.
Mi amigo Landiman tiene un corto muy bello de una chica que pasea en bicicleta, y luego juega con unos columpios, y camina entre las tumbas de un cementerio. No es un corto que deba "entenderse", es un corto que rinde homenaje a la belleza de esa chica, y captar la belleza es todo lo que hace falta para disfrutar del corto.
3) Que la peli nos haga pasar un buen rato
Difícilmente podremos apreciar una película que nos aburra. Esta cláusula, por lo tanto, parecería una condición indispensable.
Ahora bien, las pelis las ve alguien concreto, en un contexto concreto. Si me fumo un porrete, me lo puedo pasar bien con una peli que en otras circunstancias no me tragaría.
Si tengo ganas de masturbarme, el cine porno me encanta, pero cuando termina la eyaculación, la misma película que me entusiasmaba segundos antes, ahora me aburre.
Entonces, volviendo a la pregunta inicial, ¿qué hace que consideremos que una película es buena? Quizás la pregunta no tenga sentido. Toda tecnología, para adquirir un significado, depende de su contexto de uso. Lo mismo sucede con el cine, y acaso con toda forma de arte o entretenimiento.
Sin embargo, es un buen ejercicio reflexionar sobre el tema. Le ayuda uno a establecer unas coordenadas artificiales sobre las que situar la realidad.
¿Qué hace que consideremos que una película es buena?
Hace unos días fuimos a ver una peli con algunos de los editores de este blog. Al salir del cine, unos dijeron que la peli era una mierda, otros que no estaba mal, otras se mantenían al margen de la discusión aportando pequeños gramos de argumentos en una u otra dirección.
Antes de intentar responder a la pregunta inicial de este artículo, podemos intentar responder esta otra, quizás más sencilla por menos ambiciosa:
¿Existe algún elemento indispensable a fin de que una peli nos guste? Es decir, ¿cuál es el elemento que, si no encontramos en una peli, imposibilita que la peli nos pueda gustar? La condición necesaria, aunque no sea suficiente.
Propongo algunas alternativas:
1) Que la peli esté bien realizada
Hoy en día, parece que este elemento ha caído en desgracia. La tecnología cinematográfica es lo que los ingleses llaman una "commodity": algo a lo que todo el mundo puede tener acceso, y por lo tanto, deja de tener un valor en sí mismo.
Así pues, filmar bien, con buenos encuadres, buena música, buena fotografía, no es suficiente. La peli puede seguir siendo una mierda, porque la realización ya no es algo que juzguemos difícil.
2) Que la peli se entienda
Ciertamente, es algo deseable. ¿Podemos llegar a apreciar una peli que no entendemos? Es difícil. Sin embargo, no todas las películas tienen algo que deba entenderse. Podríamos imaginar una película muy bella, sin argumento, sin nada que deba entenderse.
Mi amigo Landiman tiene un corto muy bello de una chica que pasea en bicicleta, y luego juega con unos columpios, y camina entre las tumbas de un cementerio. No es un corto que deba "entenderse", es un corto que rinde homenaje a la belleza de esa chica, y captar la belleza es todo lo que hace falta para disfrutar del corto.
3) Que la peli nos haga pasar un buen rato
Difícilmente podremos apreciar una película que nos aburra. Esta cláusula, por lo tanto, parecería una condición indispensable.
Ahora bien, las pelis las ve alguien concreto, en un contexto concreto. Si me fumo un porrete, me lo puedo pasar bien con una peli que en otras circunstancias no me tragaría.
Si tengo ganas de masturbarme, el cine porno me encanta, pero cuando termina la eyaculación, la misma película que me entusiasmaba segundos antes, ahora me aburre.
Entonces, volviendo a la pregunta inicial, ¿qué hace que consideremos que una película es buena? Quizás la pregunta no tenga sentido. Toda tecnología, para adquirir un significado, depende de su contexto de uso. Lo mismo sucede con el cine, y acaso con toda forma de arte o entretenimiento.
Sin embargo, es un buen ejercicio reflexionar sobre el tema. Le ayuda uno a establecer unas coordenadas artificiales sobre las que situar la realidad.
miércoles, 9 de abril de 2008
A hill
Joaquin, the blogger I miss the most, wrote this (I figure) the last time he went to the hill, before leaving Berkeley:
"Farewell to a Kingdom...
It is with a great sadness that I am to leave this my kingdom forever. The courteous magestic mountains have granted me leave of the slopes of this Hill that I so hold dear. The skies of Winter have set upon us, and the path of Spring leads me somewhere else, where trees and breeze verse in different tongues.
I come to bring you this news, and I also come to tell you that even though I will be gone, this Kingdom will exist in perpetuity if not by the grasshoppers and the mosquitoes alone, then by the stories long told after many generations in the form of children's songs. So forget not your loves or your spites, for they will live on even after the last dawn comes to shove us all into the unknown.
Remember the gates that fell by the enemy's iron, never forget the foothill that makes you look upward and into the sky. Carry the story of the pub across the street, and the warmth of the candles perched high upon the street. Tell no one of the nights you spent watching the stars, refusing to count them."
It's a great piece of writing, one that makes me feel happy about the times that were, the people I met, the hills I climbed.
That hill.
We would go up there and pretend to study. We didn't have pot, but we had a pack of Camel, and a Kingdom at our feet.
And the peace.
The colour of the sky.
The green of the grass.
The ant, the notebook,
the lighter.
It won't come back, but nobody will tell you about the nights spent watching the stars, refusing to count them.
"Farewell to a Kingdom...
It is with a great sadness that I am to leave this my kingdom forever. The courteous magestic mountains have granted me leave of the slopes of this Hill that I so hold dear. The skies of Winter have set upon us, and the path of Spring leads me somewhere else, where trees and breeze verse in different tongues.
I come to bring you this news, and I also come to tell you that even though I will be gone, this Kingdom will exist in perpetuity if not by the grasshoppers and the mosquitoes alone, then by the stories long told after many generations in the form of children's songs. So forget not your loves or your spites, for they will live on even after the last dawn comes to shove us all into the unknown.
Remember the gates that fell by the enemy's iron, never forget the foothill that makes you look upward and into the sky. Carry the story of the pub across the street, and the warmth of the candles perched high upon the street. Tell no one of the nights you spent watching the stars, refusing to count them."
It's a great piece of writing, one that makes me feel happy about the times that were, the people I met, the hills I climbed.
That hill.
We would go up there and pretend to study. We didn't have pot, but we had a pack of Camel, and a Kingdom at our feet.
And the peace.
The colour of the sky.
The green of the grass.
The ant, the notebook,
the lighter.
It won't come back, but nobody will tell you about the nights spent watching the stars, refusing to count them.
viernes, 28 de marzo de 2008
Growing up online
Some months ago I decided to sign up for Facebook. Like in every other social network, very fast I had gathered some contacts and could start interacting online.
This is quite a thing, you know. I mean the internet is so intertwined in our lives that you sign up for an online community, and you already find people you know there, in that very same moment, willing to share some stuff.
However, some days later I forgot about Facebook. I had to. I mean, somebody even sent me a pillow fight request. So, I had to turn off email notifications, I couldn't cope with it. I mean, lately I don't even have time to write on this blog.
But I forgot that, even though I was not receiving email alerts, I was still on facebook. And today I learnt that a friend had asked me to come by my place via facebook, and so I missed it. I signed in facebook when she told me that, and I saw that I had a couple more requests to see me OFFline.
So I guess I am starting to miss things that happen on online platforms I am not used to use. I am a kind of old, email-type of guy. I am old for the internet, already.
Man. Good that I am going to a wedding tomorrow. I mean, makes me feel younger. :)
This is quite a thing, you know. I mean the internet is so intertwined in our lives that you sign up for an online community, and you already find people you know there, in that very same moment, willing to share some stuff.
However, some days later I forgot about Facebook. I had to. I mean, somebody even sent me a pillow fight request. So, I had to turn off email notifications, I couldn't cope with it. I mean, lately I don't even have time to write on this blog.
But I forgot that, even though I was not receiving email alerts, I was still on facebook. And today I learnt that a friend had asked me to come by my place via facebook, and so I missed it. I signed in facebook when she told me that, and I saw that I had a couple more requests to see me OFFline.
So I guess I am starting to miss things that happen on online platforms I am not used to use. I am a kind of old, email-type of guy. I am old for the internet, already.
Man. Good that I am going to a wedding tomorrow. I mean, makes me feel younger. :)
viernes, 21 de marzo de 2008
Playin' the blues
One of the pleasures of writing a blog is reading it, like I am doing now, with b.b. king playin' the blues in the background.
martes, 11 de marzo de 2008
He vuelto
Me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí. Sin escribir, prácticamente.
A los quince años, escribir era un vicio. Escribir era el generador de emociones, era la autenticidad que le faltaba a mi vida.
Las chicas de mis cuentos eran las chicas que quería conocer. Me sentaba frente a la mesa, lisa, fría, cálida. Unas hojas de papel blanco, un bolígrafo, hojas del día anterior, la carpeta del instituto, libros.
Cualquier excusa era válida para comenzar una historia, cualquier verso valía para comenzar un poema.
Mi amigo RS me mandaba cartas con sus cuentos, con sus principios de novela, y yo los leía metido en la cama como si fueran las mejores páginas de la historia de la literatura. Y me gustaban, porque eran buenas y porque yo podía escribirlas mejor.
Ahora que me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí, me pregunto qué ha cambiado desde entonces. Quién era yo, y qué soy todavía de lo que era.
Me pregunto qué sentía al escribir entonces.
La sensación es parecida, quizás, a quién comprende por vez primera la belleza de un blues.
A quién descubre un nuevo placer.
Bienaventurado quién no ha hecho el amor tras fumarse un buen porro de marihuana, porque todavía puede tener quince años.
Espero escribir más a menudo, y sentir lo que sentía entonces, o lo que ahora siento.
Escribir, al fin y al cabo, para que ustedes lo disfruten, y yo sueñe mi sueños.
A los quince años, escribir era un vicio. Escribir era el generador de emociones, era la autenticidad que le faltaba a mi vida.
Las chicas de mis cuentos eran las chicas que quería conocer. Me sentaba frente a la mesa, lisa, fría, cálida. Unas hojas de papel blanco, un bolígrafo, hojas del día anterior, la carpeta del instituto, libros.
Cualquier excusa era válida para comenzar una historia, cualquier verso valía para comenzar un poema.
Mi amigo RS me mandaba cartas con sus cuentos, con sus principios de novela, y yo los leía metido en la cama como si fueran las mejores páginas de la historia de la literatura. Y me gustaban, porque eran buenas y porque yo podía escribirlas mejor.
Ahora que me cuesta creer que sean casi tres meses sin escribir aquí, me pregunto qué ha cambiado desde entonces. Quién era yo, y qué soy todavía de lo que era.
Me pregunto qué sentía al escribir entonces.
La sensación es parecida, quizás, a quién comprende por vez primera la belleza de un blues.
A quién descubre un nuevo placer.
Bienaventurado quién no ha hecho el amor tras fumarse un buen porro de marihuana, porque todavía puede tener quince años.
Espero escribir más a menudo, y sentir lo que sentía entonces, o lo que ahora siento.
Escribir, al fin y al cabo, para que ustedes lo disfruten, y yo sueñe mi sueños.
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