Otro de Felipe Benítez Reyes, y es que últimamente me dio por leerlo, y aunque este sí lo entienda y quizás por eso no me parezca tan bueno como Advertencia ;), ahí va:
Nunca seríamos
como esos adultos —nos juramos—
que miraban ansiosos, turbiamente,
a través del cristal de las cafeterías
—como en cierto poema de Rimbaud—
la entrada de los jóvenes altivos
en la cueva dorada de la noche.
Y sin embargo
ahora estamos aquí, sin entender gran cosa,
ante un vaso de hielo y de ansiedad,
arañando con fiebre y con rencor
en el cristal del tiempo un espejismo.
Y yo no sé si lo juré ni siquiera conmigo mismo, pero sé que sólo tú puedes devolverme a la cueva dorada de la noche. Aunque vayamos a terminar en la cafetería sin remedio, intentémoslo, por última vez.
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