De nuevo, regreso a casa sólo. De nuevo, estoy escuchando a Manu Chao, de nuevo son casi las cuatro de la madrugada, de nuevo escribo junto a una cerveza y de nuevo pienso en ti. De nuevo, pienso cuánto va a durar este juego.
Otro trago de cerveza. Tus ojos. Esta noche he ido al cine con torjman, esta vez ha sido Entre Copas (Sideways). Gran película. Una película que te hace pensar en unos personajes más allá del celuloide. Una película que te ayuda a pensar la vida, en definitiva. Cine, cine puro.
Y otra vez, sólo voy con mi pena, sólo voy con mi pena. Otra vez, de nuevo, Manu Chao. Otra vez tus ojos. Dime: ¿cuál es el juego que estamos inventando? Nada, no inventamos nada. El infierno que me quema, el cielo que abandono, no son nada. Tan sólo deseo. Tan sólo deseo de tenerte, ahora mismo, en este preciso instante, junto a mí. Te veo en la cama. Me tumbo a tu lado y juego con tu pelo, y acaricio tu piel, y somos dos y somos uno.
No me importa que sea un tópico, no me importa que se haya dicho mil y un millón de veces. Ahora, en este preciso instante, lo daría todo por tenerte una noche. Por despertarme a tu lado. Por ser el primero en ver abrirse tus ojos, con la luz del día. El primero en ver tus ojos abrirse. El primero en sentir tu primer abrazo de un día cualquiera. El primero en besarte. El primero en hacerte el amor, un día cualquiera.
No sé qué digo. Estoy borracho, está claro. Borracho de soledad. Harto de regresar sólo a casa. Harto de poder tan sólo imaginarte. De que nunca estés aquí cuando te necesito y cuando no te necesito. Harto de que tus ojos sean sólo unos ojos deseados, lejanos, unos ojos que no me miran a mí.
¿Te quiero? No lo sé. Pero, ¿sabes? No quiero que el amor abstracto, el deseo razonado, se intermponga ahora entre tus labios y mis labios. Ahora quiero acariciarte sin más, ahora quiero quererte tan sólo. Recorrer tu cara con mis dedos, cerrar tus pupilas, besar tus mejillas, sentir tu sonrisa, sentir el sonrojarse de tu piel a dos centímetros de mi piel.
Ahora quiero sólo tu cuerpo y tu alma junto a mi cuerpo y mi alma y mi cama, ajenos a los tópicos y las leyes de la vida. Ahora sólo quiero el tópico de una noche a tu lado, y por lo tanto sólo me importa que yo estoy sólo y tu no estás conmigo. Nada más, así de sencillo, así de imposible.
Ahora quiero el amor del borracho que no sabe qué escribe. Tus ojos, junto a tu cuerpo.
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