domingo, 26 de febrero de 2006

Mi mesa

Cuatro latas de Coca-Cola, un vaso, el desodorante, tres cajetillas de Camel vacías, una acabándose y otra por empezar. Las llaves, una nota del Super Sol, papel de fumar, el cenicero con un porro, unas palmeras, dos artículos, el teléfono, el ordenador y los altavoces. Y un fluorescente amarillo para subrayar. Y el ratón, y una china, los chicles y el mechero.

Esta es mi mesa. De madera, del Ikea, comprada de segunda mano a través de Loquo, a un tipo que vivía tres calles arriba. La fuimos a buscar un dia con Landiman, y no tenían ascensor y vivían en el quinto, y cuando subíamos a la casa una chica bajó llorando las escaleras. Cuando una mujer llora, me descompongo.

Supongo que me recuerda las infinitas veces que lloró mi madre ante mi cuando era niño, y no sabía qué hacer. Era muy pequeño. Ayer, durante la cena, hablamos de cómo influyen nuestros padres en nuestra manera de ser: ellos son los que más cerca tenemos cuando se nos va formando el carácter. Luego tú me dijiste que cuando protesto y te digo que no pongas tantos peros a las cosas, te duele, y que es la parte que te ha quedado de tu padre, que siempre te ponía reparos.

Durante la cena. os incomodó que criticara tanto a mis padres, quizás porque ya os véis más madres que hijas. En verdad yo los quiero muchísimo, y sé que me han dado mucho también. Me enseñaron que ser bueno y querer y hacerte querer, y ayudar, es lo más importante. Me enseñaron que pensar nos hace libres. Que la felicidad puede ser un libro o un solo de jazz. Que tener una familia es algo que, como mínimo, debe intentarse sin cesar.

Quizás fui incapaz de apreciarlo, porque uno siempre se fija en lo que no le han enseñado. Pero quizás lo que no me enseñaron fue porque debía aprenderlo yo solito. Yo solito, he tenido que aprender a ganarme la vida. Yo solito, he tenido que aprender a buscar un sentido a todo este absurdo que la vida es a veces. Yo solito, estoy intentando aprender a saber qué significa amar sin concesiones.

Quizás ya sepa qué significa, pero todavía no sé ponerlo en práctica. Todavía soy demasiado impulsivo, todavía es mi parte menos racional. Todavía creo que el instinto del amor no puede dominarse, someterse a una rutina como el resto de mi vida. Amar sin concesiones significa aprender a amar rutinariamente, en el dia a dia, sabiendo que no es lo mejor que podría estar pasándote, pero aún así negarte a perderlo. Amar sin concesiones es ser perpétuamente estable en un aspecto concreto de tu vida. Y por eso a la mayoría de gente le atrae.

Yo todavía no lo entiendo, y es un defecto importante. Quizás, de nuevo, porque en mi familia todos están divorciados, aunque la mayoría tengan ahora otra pareja. Como dice Landiman, soy el único tipo que conoce que sus abuelos estén divorciados. Pero yo creo que no todo es genética, y que también tiene que ver con mi personalidad. En la práctica, Ingrid, no soy muy chulo como dices, muy individualista. Necesito querer constantemente, estar rodeado de gente a quién mostrar mi afecto, mi comprensión, mi ayuda.

De acuerdo, muchas veces la cago y hago más mal que bien, pero no soporto las lágrimas en los ojos ajenos. Evidentemente, soy consciente de que no necesito a nadie para vivir, aunque gracias al trabajo me he dado cuenta que uno no puede hacerlo todo. En este sentido, quizás sí sea individualista: creo que la realización personal debe partir de uno mismo, que nadie puede ayudarte a ser feliz si tu no sabes crear tus propias condiciones primero.

Pero no puedo vivir sin amor, y me asusta mucho pensar que la persona a la que quiero quizás no vaya a ser capaz de ayudarme en esto. Me asusta mucho pensar que quizás no vaya feliz con ella. Porque me parece imposible que tu primer amor verdadero sea en verdad verdadero. Porque muchas veces me siento muy feliz, y sin embargo ella no está conmigo. Porque cuando me rio tanto, en noches como la de ayer, pienso que con ella no puedo tenerlo. Con ella no puedo reirme tanto, y esto también me asusta, y me hace pensar, como me enseñaron mis padres.

Voy a dormir, y abrazaré el cojín con ternura. Y espero descansar, porque mañana será un dia largo, y el lunes todavía más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario