"Tus ojos son como tú, frágiles y fuertes a un tiempo. Fuertes, porque son oscuros e infinitos como los cimientos de la noche. Frágiles, porque sonríes y, sin quererlo, pedacitos de lágrimas reflejan la tristeza de la luz que te rodea. Y la respiración de un niño que duerme podría entonces romperlos."
Ayer me gustaba mucho este párrafo. Es parte de un cuento que comencé a escribir y que, aunque no lo parezca, no tiene nada de romántico. Intento construir un diálogo entre un hombre y una mujer que en realidad no saben que están manteniendo un diálogo. Soy yo quién pone las palabras de uno tras las palabras del otro, ellos no son conscientes de nada.
Así me parece que son muchas relaciones amorosas, tanto platónicas como reales: dos personas que parece que se hablan, pero que en realidad están completamente solas.
Todo amor, en el fondo, es platónico.
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