miércoles, 18 de enero de 2006

Noche

A veces resulta imposible detener a la noche. Por mucho que uno quiera, la noche resiste a que su propia oscuridad te cubra y te deje dormir. A veces la noche quiere luz.
Y yo, que tanto amo a la vida en estos momentos de la noche solitaria; solitaria pero llena de tu presencia, y de la tuya. Sé que mañana voy a tener sueño, mucho sueño, y sin embargo algo me retiene aquí, escuchando Never stop falling in love. Algo a lo que amo verdaderamente, pero que quizás es consecuencia del contexto del que soy prisionero a la mañana siguiente.
Mi novia tiene una extraña obsesión por las flores; bueno quizás no tan extraña entre las mujeres. En fin, desde que la conocí, me ha repetido tantas veces que quiere flores... y cada vez que la veo mirando las flores que acabamos de comprar o de coger, y que acaba de colocar en un jarrón, cada vez que la veo mirando, me enamoro de nuevo.

Nosotros,
que nos queremos tanto,
debemos separarnos,
no me preguntes más.
No es falta de cariño,
te quiero con el alma,
te juro que te adoro,
y en nombre de este amor
y por tu bien,
te digo adiós.


En fin, sí, la noche. Es tarde. Le explicaba a Landiman, estirados en el sofá, que me encanta el programa para bajar música que me recomendó su novia, y él me ha contestado que ya acababa de comprender cómo resolver la integral matemáticamente, y ha empezado a hablar en voz alta sobre infinitos y densidades y bla bla bla. Y yo he pensado joder tio, yo hablando de tu novia y tú va y resulta que no me estás escuchando y que tu cabeza está en las putas matemáticas. Pero es tu manera de crear, igual que yo escribo esto ahora tu satisfaces tu creatividad de otro modo. Y además, mañana no te tienes que levantar a las siete, cabrón.
Y en fin, que ya no sé por qué había empezado este post. Quería escribir sobre algo que ya no recuerdo. Bueno, pues a ver si mañana es un buen dia, y nos reímos mucho, y siga enamorado de tu manera de mirar una flor (y vaya puta cursilada que acabo de escribir, pero es que además de un 100% heterosexual y un 50% homosexual, también tengo un 30% de cursi rematado).
¿Y a quién coño le importa? Nunca he obedecido a nadie más estúpido que yo durante mucho tiempo. Sweet Home Alabama, pero sin el rollo racista, es la banda sonora ideal ahora mismo.

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