lunes, 2 de enero de 2006

Un cuento

¿Cuánto hace que no escribo un cuento? Desde que dejé de presentarme a premios que, modestamente, siempre ganaba, no he escrito un puto cuento. Mi calidad se desparrama, perdida, por los bytes de este blog. Bien pues esta noche, con un vaso de whisky guardándome las espaldas y un blues aclarando mi estómago y mi alma, me dispongo a escribir un nuevo cuento. Un cuento con ritmo de blues, que empieza donde lo dejamos.

Peter Fruitman se despertó, y encontró la cama vacía. Pero todavía le sorprendió más haberse despertado en la cama: porque recordaba claramente haberse dormido en el sofá. Y desde luego, era imposible que hubiera podido subir a la cama por la escalera de 11 peldaños, en el estado en que recuerda haber perdido el conocimiento y dormir.

Se sirvió un vaso de zumo, puso el iTunes y se descargó el correo. Sonaba Sweet Home Chicago... "come on, baby don't you wanna go..." Pusó a Eric Clapton tocando Crossroads y se sentó en el sofá a pensar. Y entonces, mientras empezaba el sólo de guitarra, recordó el cuerpo de Carla al compás de aquél Crossroads. Dios, cómo habían follado y qué fumados iban... Recordó haberle dicho a Carla, mientras follaban, que el solo de Crossoroads era una de las cumbres del blues eléctrico, y que le parecía acojonante estar follando a su ritmo...

Cuánto placer había sentido Peter Fruitman sólo en ese sofá, y cuánto placer experimentaba ahora con los muslos de Carla sentados alrededor de sus caderas. Y esa guitarra de Eric al fondo, y esos canutos danzando por su cabeza... no se podía pedir más. Y sin embargo ahí estaba Peter ahora, preguntándose dónde coño estaba Carla. Y porqué el sofá parecía tan limpio.

Pero también se sintió feliz, y con pocas ganas de escribir un cuento. No, ya no escribiría más cuentos. Buscaría a Carla, y dejaría de escribir.

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